DESCRIPCIÓN

Tiralalira es un blog que como su propio nombre indica, trata sobre todo en general y nada en particular.
Aquí encontrarás de todo un poco: es mi cajón desastre informático que como en mi cabeza, ideas mil bullen...
Podrás ver gastronomía, deporte, ciencia, entretenimiento, denuncia, cultura, opinión y cualquier otra cosa que me llame la atención, no necesariamente por ese orden.

Por último, el nombre del blog quiere ser un reflejo de la sociedad que tenemos actualmente, en la que ante cualquier situación que no nos afecte directamente, la actitud (salvo honrosas excepciones) suele ser la de silbar mirando para otro lado. Tiralalira, tiralalira.......


domingo, 30 de enero de 2011

El país de Kemi

El país de Kemi no es el país de un cuento, pero sí es un país maravilloso.
En el país de Kemi no viven reyes ni reinas, pero sí un pueblo desgraciado.
El país de Kemi es Egipto, el milenario, el de las grandes pirámides, el de los templos de piedra, el del Nilo eterno.
El país de Kemi vio nacer a grandes hombres como Ramsés II, y ha dado al mundo la única de las Siete Maravillas que aún está en pie.
El país de Kemi llora hoy, tras décadas de un sistema político en virtud del cual tienen el mismo presidente desde 1981.
En el país de Kemi no se podía preguntar acerca de este aspecto, como yo mismo lo pude comprobar cuando estuve allí hace cinco años. Caras de sorpresa entre los guías, y de miedo. Volvían la cabeza. Me acuerdo de Sayed, un joven de veintitantos años. Rasgos de faraón, de egipcio puro y bello, sin mezcla árabe. Llevaba en la sangre la sangre de los Reyes, la que dio a Egipto su mítico esplendor, cuando fueron los luceros de una Humanidad cuando aquí en Europa todavía vivíamos como alimañas, hace tres mil años.
Y ahora, cuando leo que han intentado saquear el Museo Egipcio, me entran ganas de llorar.









Pienso dónde estará Sayed, y con él los veinte millones de habitantes de El Cairo y los de todo Egipto, sin gobierno, sin esperanza, y por poco sin esa Historia que los ha hecho inmortales para la Eternidad.
Sólo pido que todo esto termine sin más sangre derramada, y que lo que venga no haga agachar la cabeza a ningún egipcio cuando un extranjero le pregunta acerca del faraón.
Un saludo Sayed, estés donde estés. Vienen nuevos vientos, de vosotros depende si son las frescas brisas del Delta o el abrasador simún del desierto.

Aún recuerdo el suave balanceo de la faluca cuando navegábamos el Nilo, sin más sonido que un soplo fresco que empujaba la vela...

No hay comentarios:

Publicar un comentario