Cómo adelgazar 10 kilos (caso real)

Vaya por delante que lo que voy a escribir es verídico y en primera persona. O sea, que el protagonista soy yo.
La cosa es que yo, pedazo de carne mortal como todos vosotras, tras el verano pasado había cogido unos kilos de más, y me propuse quitármelos de una manera u otra, y a fecha de hoy mismo he adelgazado la cantidad de kilos que titulan el post.

Nunca (y eso que lo he hecho varias veces) he empezado un tratamiento de adelgazamiento por motivos de belleza, de estar dentro de unos cánones que se suponen el culmen de la raza humana, sino por motivos de salud, y es que sobrepasar un IMC de 30 es ya preocupante per se.
El no poder subir una escalera sin perder el resuello, el sudorcillo axilar cada vez que se tiene prisa por coger el autobús, la molicie general en la que se instala uno cuando ha cogido kilos, es lo que me empujó a seguir un tratamiento que se ha demostrado eficaz, y que descubrí yo mismo, o más bien ya suponía yo mismo.
Mi método es heterodoxo, porque yo he comido de todo lo que me gusta: dulces, guisos, carne, pescado, tocino, pan...todo lo imaginable. Pero tiene un pequeño inconveniente, y es que las cantidades que pueden ingerirse son muy limitadas..¿por qué? Por sentido común.


En el mercado existen muchos métodos de adelgazamiento a cada cual más pintoresco: dieta de la cebolla, régimen de la alcachofa, método del dr. nosequé-siempre extranjero-.... Y todos con un denominador común y extremadamente importante: no se pasa hambre. Todos estos regímenes milagro se basan en que existen alimentos prohibidos, alimentos permitidos ocasionalmente, y otros (oh, ah, uh) de los que se puede comer cuanto queramos. Cantidades industriales, siempre que nos ciñamos a una lista cuidadosamente elaborada, pero que si no nos salimos, adelgazaremos seguro.
No cuesta mucho imaginar el porqué del éxito de estas dietas falaces, que además (y las he visto) tienen carencias nutricionales graves, como la de no comer más que proteínas. El truco es que se puede comer todo lo que se quiera.
No cuesta mucho imaginar que en una sociedad en la cual la palabra sacrificio ya no tiene ningún sentido, la palabra esfuerzo no es comprendida en su totalidad, que se ha encontrado todo hecho y en bandeja, estos planteamientos calen fuerte...El mantra es muy poderoso: "puedes-comer-todo-lo-que-quieras".
Debido a eso mismo, existen personas a veces con conocimientos pero siempre sin escrúpulos, que son capaces de hacer ver que el rey va vestido a cualquiera que quiera verlo así... una mentira agradable es muy fácil de creer, cantaba Barricada hace muchos años.

No. Para adelgazar 10 kilos en algo menos de seis meses es necesario sacrificio, esfuerzo, proponérselo de verdad, y autodisciplina.
Sacrificio, porque es tan fácil dejarlo con sabrosa comida delante, especialmente cuando se va a casa de los papis.
Esfuerzo, porque uno puede cocinarse una pizza del super en dos minutos, que es lo que cuesta sólo pelar una miserable patata, y no hablemos ya de hacer un guiso en condiciones.
Proponérselo de verdad, porque esto significa que después de una opípara comida (que las va a haber) hay que continuar, y no pensar que ya la hemos cagado y que no merece la pena seguir.
Autodisciplina, porque sólo así se consiguen las cosas, perseverando, siendo constantes y teniendo clara nuestra meta.

Así las cosas no existe ningún secreto ni he descubierto nada nuevo. Sólo hablo con mi ejemplo (y no quiero pecar aquí de pretencioso), aunque sepa fehacientemente que esto es predicar en el desierto.
Pero ante la charlatanería oficial, las opiniones desinformadas y la pasividad generalizada, sí que soy de los que cuando bajan de la escalinata murmura entre dientes: "eppur si muove".

Mira, acabo de caer que sería un buen nombre para un blog...(aibá, ¡ya existe!).