DESCRIPCIÓN

Tiralalira es un blog que como su propio nombre indica, trata sobre todo en general y nada en particular.
Aquí encontrarás de todo un poco: es mi cajón desastre informático que como en mi cabeza, ideas mil bullen...
Podrás ver gastronomía, deporte, ciencia, entretenimiento, denuncia, cultura, opinión y cualquier otra cosa que me llame la atención, no necesariamente por ese orden.

Por último, el nombre del blog quiere ser un reflejo de la sociedad que tenemos actualmente, en la que ante cualquier situación que no nos afecte directamente, la actitud (salvo honrosas excepciones) suele ser la de silbar mirando para otro lado. Tiralalira, tiralalira.......


viernes, 22 de marzo de 2013

Croquetas de jamón caseras (y II)

Tranquil, Josep María. Ya estoy aquí.

Bueeeeno. Ya ha pasado un día entero (bueno, dos, pero ayer estaba doblao como para colgar las fotos y lo hago hoy) y ya tenemos la masa de las croquetas a punto.

 Sacamos la masa del frigo y... ARGH!
 
Algún hurón ha metido el morro aquí, voto a bríos

Bueno, nada importante. Cosas de los "duendes" del frigorífico.

Necesitaremos huevos y pan rallado, y una sartén con una generosa cantidad de aceite.

Lo primero es preparar la encimera cual línea de montaje de fábrica, tal que de esta guisa.:



Y ya con todo preparado, con todos los aparamentajes desde la materia prima, los productos intermedios, las ramientas y el ensamblaje final, como se ve aquí:



El proceso es el que sigue:
- Con las dos cucharas sacamos un poco de masa y le damos forma
- Pasamos la croqueta semielaborada al huevo y volteamos con los tenedores
- Pasamos la croqueta con huevo al pan rallado
- Echamos con la mano el pan rallado sobre la croqueta y la envolvemos bien, y damos forma definitiva.

Así, sin mancharse ni un pelín, se hacen las croquetas en un periquete. Nada de dedos como el palo de un gallinero, como si hubiésemos metido las manos en engrudo y luego en serrín. El truco es no tocar ni la masa ni el huevo, y el pan rallado no mancha ni se pega.

Por lo que aquí tenemos las primeras de la clase...



Y cómo no, todas sus amigas:



Tiempo total, más o menos una hora. Algo menos. Y ahora a freír en una PISCINA de aceite. Yo uso de oliva pero el girasol aquí también puede usarse, así la croqueta sabrá más a croqueta. A fuego suave, porque si no quemaremos el rebozado, y si es muy flojo las croquetas se rompen. Yo, al 5 de mi vitro.



Meeeeedia vuelta, ¡AR!



Como veis, he preparado el final de cadena en forma de plato cubierto con papel de cocina, para que termine de absorber todo el aceite que sueltan tras sacarlas...


El huevo que ha sobrado de rebozar lo he hecho en tortilla, y estaba de rechupete.

Y ahora viene lo bueno.....¡¡¡ÑAKA!!!!



CO-JO-NU-DAS. Me han salido supremas que te inclinas, con el toque de la nuez moscada. Mmmmmmmhh. La masa muy suave, el jamoncito y el huevo duro crocantitos. La verdad es que yo creo que son las mejores que he hecho en mucho tiempo, lo prometo.

Así que ya sabéis, por dos duros podéis quedar como un general de la 8ª División Aerotransportada de los Marines. Receta para sorprender a propios y extraños.

martes, 19 de marzo de 2013

Croquetas de jamón caseras (I)

Bien amigos del pernil ibérico, aquí estoy de nuevo dispuesto a satisfacer vuestros instintos más bajos de la manera más rastrera posible, o sea dándoos una receta propia de Dioses más que de humanos.

Tiene las características de la buena cocina tradicional: barato, ingredientes sencillos y riquísimo. Y gusta a todos: grandes y pequeños, ricos y pobres, jóvenes y viejos.

Así que allá vamos. Necesitaremos:
- 150 grs de jamón, no necesariamente caro. Puede ser del hiper.
- 2 huevos
- 150 grs de mantequilla
- 1 cebolla mediana
- 1 diente de ajo
- 150 grs de harina
- 1 litro de leche
- sal, pimienta y si queremos quedar como el mismísimo Zeus, un poco de nuez moscada.


 Al tajo:

Ponemos a calentar la leche con un poco de sal y pimienta, y ponemos a cocer los huevos (pa no iniciados, 12 minutos desde que empiezan a hervir)




Aquí tenemos parte de los ingredientes que esperan su turno, empezando por la mantequilla:



La ponemos a derretir a fuego suave, porque si no se quemará y saldrá con un sabor fuerte que arruinaría el plato.



Mientras, vamos picando la cebolla y el ajo, con el jamón esperando su turno:



Pochamos la cebolla y el ajo, removiendo de vez en cuando:




Y la cosa ya va cogiendo su colorcillo:



El aroma que sube ya despierta pasiones escondidas, y más si son las siete de la tarde y tenemos la comida ya en los pies.
Aprovechamos mientras se cocina a trocear el jamón, en taquitos más o menos finos:



Y vamos preparando el resto de ingredientes, la nuez moscada y la harina:




Salteamos en otra sartén el jamón, a fuego fuerte. Reservaremos.



A estas alturas, los huevos ya se han cocido y los hemos pelado y todo:


Troceamos al gusto:


Ahora empieza la fiesta croqueteril: la cebolla ya está cocinada (hemos ido probando), y le añadimos la harina:



Ahora toca remover amigos, así que durante dos o tres minutos iremos dorando la harina para quitarle el gusto a crudo. Nos quedará una pasta más o menos sólida y sin grumos, tal como ésto:



Y añadimos la leche, que no dejaremos que haya hervido. Echamos encima y a remover....



Otia, que difícil es esto y qué poco espacio tengo. Y encima con una cuchara no voy a hacer más que el ridículo....cambio de perolo:



Joder qué cambio, ni punto de comparación. Batimos con las varillas (que además podían rayar el antiadherente de la sartén) y la cosa coge consistencia a ojos vista. Añadiremos el jamón que teníamos reservado sin dejar de remover.



Y tras remover bien, añadimos el huevo picado:



Y seguimos removiendo, a fuego muy suave para evitar agarrones en el fondo de la olla. Venga que casi lo tenemos. Ahora viene el toque maestro: comprobamos de sal y le damos un espolvoreo pequeño de nuez moscada.



Y voilá. Ya tenemos la masa hecha. Mmmmmmmmm, han salido en su punto. Suavecitas y con el puntito de la nuez moscada. Ahora toca verter la masa en una fuente:



Y la envolveremos en papel flín, cuidando bien de cubrir los bordes, para que la masa no se seque.



Bien, hasta aquí la primera parte. Ahora la masa debe ir al frigo y tirarse la noche entera ahí, para que coja consistencia. Mañana formaremos las croquetas y las freiremos, así que ¡hasta mañana!

domingo, 3 de marzo de 2013

Héroes


Crédito: Wikicommons

Cuando era niño, esto es, hasta hace un par de minutos, yo siempre creí en los héroes. Más bien en los superhéroes, entes sobrehumanos dotados de fuerza o capacidades fuera de toda lógica, y que siempre vencían a los malos, no menos dotados en poderes.

Una vez dejada atrás la niñez, los superhéroes pasaron a un segundo plano relegados a meros personajes de ficción, sin más pretensión que la de entretener por ejemplo en un videojuego tal como Call of Duty, por citar uno moderno.
La sociedad en la que me muevo también tiene sus propios héroes: los deportistas de alto nivel de todos los ámbitos: futbolistas, patinadores, atletas, nadadores, pilotos de competición.... Son los nuevos gladiadores de la nueva Roma en la que vivimos, los que entretienen al Imperio en el consabido panem et circenses. Por no hablar de famosos en general, actores y tal.

No he venido aquí a hablar de esto, sino a recordar a un verdadero héroe que el próximo 16 de marzo hará exactamente 101 años que murió. Se llamaba Lawrence Oates, y fue integrante de la fallida expedición de Scott por ser la primera en hollar en polo Sur. Esta expedición efectivamente llegó al polo, pero se encontró que Amundsen había llegado primero. Con las pocas fuerzas que les quedaban a él y al resto de compañeros, y con la amargura de la derrota, emprendieron el viaje de vuelta de 1300 km a través del hielo y las tempestades. Oates se resintió de una antigua herida de guerra, y viendo que era una carga para el resto de la expedición y un riesgo real de que todos muriesen, salió al paso de la eternidad (como cantase Mecano en su canción "Héroes de la Antártida") y abandonó la tienda donde dormían sus compañeros, para morir de frío el día de su 32 cumpleaños.

Dios Salve a la Reina.