Yo siempre he considerado que un pobre es una persona que, además de no tener dinero, tampoco tiene la posibilidad de llegar a tenerlo.
Cuando digo dinero, digo el dinero que paga ropa decente, tres comidas calientes al día, y poder dormir bajo techo. En mi infancia venían de puerta en puerta a pedir un duro (cinco pesetas: tres céntimos para los nuevos) para comprarse algo de comida o pagarse un vaso de vino. Muchos, por no decir todos, eran hombres mayores, generalmente con ropas viejas y sucias, con zapatos rotos por todos lados, y con pelo revuelto y barba de muchos días. Desde el fondo de una voz rota por innumerables copas de anís o coñac barato, pedían por favor la caridad de unas almas que en ocasiones sí daban lo que se pedía.
Todavía me acuerdo cómo descubrí, con pavor, que en el mundo no todos los niños eran como yo. Mi padre me explicó que existían países más allá de mi imaginación incluso, en los que había niños que no tenían para comer, ni zapatillas para calzarse, ni colegio, ni televisión, ni nada de todo lo que yo sí tenía. Eran pobres. Y que yo era un afortunado por tener todo eso, y que era bueno que lo supiese.
Hoy he ido al supermercado a comprar carne, con algo de prisa. He aparcado el coche y he apretado el paso, pues hacía bastante frío. Sin llegar a levantar la vista del todo, he intuido una silueta que se recortaba en la puerta del comercio. Un pobre. Y cuando iba a entrar, le he mirado a los ojos y él a mí. También era un hombre. Pero mucho más joven que yo, mejor afeitado que yo, y con ropa que no era precisamente la de un necesitado. Y con un pequeño recipiente de plástico donde recoger la limosna.
Ha sido sólo un instante pero con la mirada nos hemos dicho todo:
- "Sí, tú, habitante del primer mundo, me miras desde tu pedestal mientras yo estoy aquí esperando a que me eches tus migajas"
- "Sí, tú, joven descarado, con tu fuerza, juventud y ganas puedes comerte el mundo, y estás aquí, pasando frío y vergüenza y ni siquiera te importa"
Cuando estaba en la cola del super, he visto que estaba en el mismo sitio, hablando tranquilamente con un móvil. Y cuando salía, he ido directo al coche sin escuchar lo que musitaba para pedirme la voluntad. Seguramente me decía la generación a la que pertenece su móvil, probablemente mayor a la del mío, y muy lejana a la de los pobres que yo conocí en mi infancia.
DESCRIPCIÓN
Tiralalira es un blog que como su propio nombre indica, trata sobre todo en general y nada en particular.
Aquí encontrarás de todo un poco: es mi cajón desastre informático que como en mi cabeza, ideas mil bullen...
Podrás ver gastronomía, deporte, ciencia, entretenimiento, denuncia, cultura, opinión y cualquier otra cosa que me llame la atención, no necesariamente por ese orden.
Por último, el nombre del blog quiere ser un reflejo de la sociedad que tenemos actualmente, en la que ante cualquier situación que no nos afecte directamente, la actitud (salvo honrosas excepciones) suele ser la de silbar mirando para otro lado. Tiralalira, tiralalira.......
Aquí encontrarás de todo un poco: es mi cajón desastre informático que como en mi cabeza, ideas mil bullen...
Podrás ver gastronomía, deporte, ciencia, entretenimiento, denuncia, cultura, opinión y cualquier otra cosa que me llame la atención, no necesariamente por ese orden.
Por último, el nombre del blog quiere ser un reflejo de la sociedad que tenemos actualmente, en la que ante cualquier situación que no nos afecte directamente, la actitud (salvo honrosas excepciones) suele ser la de silbar mirando para otro lado. Tiralalira, tiralalira.......
domingo, 28 de noviembre de 2010
sábado, 27 de noviembre de 2010
La oveja
Me acabo de enterar por la radio que Jose Luis Rodríguez Zapatero y sus dos vicepresidentes, Rubalcaba y Salgado, están reunidos con los mayores 37 empresarios del país para hablar de economía.
Reunión de pastores, oveja muerta, reza el refranero popular.
Imaginen ustedes quiénes somos la oveja.
Reunión de pastores, oveja muerta, reza el refranero popular.
Imaginen ustedes quiénes somos la oveja.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Cuba
Una vez estuve allí, siendo mi primer viaje al extranjero. Cuando bajé del avión y abandoné la terminal, la pobreza del extrarradio de La Habana me impresionó, y sobre todo la oscuridad, ya que era de noche. Había muy poca luz eléctrica, y las calles a pesar del calor parecían tétricas. Con gente por todos sitios, pero de miradas tristes, y mirándonos como si los que fuesen a ser vistos como exóticos fuésemos los del autobús que nos llevaba al hotel, gente que había hecho nueve mil kilómetros para ir a ver aquel sitio.
Al día siguiente el sol brillaba como sólo lo hace en el trópico, pero la sensación quedó. Y a pesar de estar casi diez días allí, con las ventajas de ser turista y poder ir a todos lados sin problemas, me acompañó durante todo el viaje de regreso, incluso semanas después. Incluso hoy.
Yo no vi la miseria que dicen algunos que hay; sí vi gente triste, gente que ve cómo otras personas gastan en nueve días lo que ellos no ganarían en años. Creen que estamos todos forrados. Y que tenemos "celulares" poco menos que gratis. Cuando traté de explicar mi jornada laboral y mi ritmo de vida durante once meses al año, me miraban como quien mira a un loco, a alguien que está poseído por algún Oricha.
Pero no vi a nadie realmente mal vestido, sí pobremente, pero no miserable. Y mucho menos a ningún ignorante -cualquier pendejo habla y se explica mejor y con más vocabulario que muchos treintañeros de por aquí-o a alguien con falta real de atención sanitaria.
Y es ahora cuando leo las noticias sobre el cólera en Haití, y de que la epidemia ya ha pasado a la República Dominicana, y ya se considera un desastre humanitario.
¿Es que Cuba no ha sido azotada por desastres naturales de semejantes proporciones? Sí, por parecidos, pues no en vano se encuentra en zona de huracanes, como los que asolaron la isla en 2008, causando la evacuación de 3 millones de personas, el 28% de la población del país.
¿Y porqué no ocurre en Cuba lo que sí les pasa a sus vecinos?¿Qué queremos hacer en Cuba que no hayamos hecho en las otras islas del Caribe?
Las miradas de la gente eran tristes, pero también tenían esperanza.
Años después, una persona mucho mayor que yo viajó también a Cuba, y cuando le pregunté qué había visto, me respondió: "Viven como en tiempos". Los tiempos del hambre en España, los años 50. También entonces la gente tenía esperanza. Y gracias a Dios no nos convertimos en un Haití ni en ninguna democracia bananera.
Al día siguiente el sol brillaba como sólo lo hace en el trópico, pero la sensación quedó. Y a pesar de estar casi diez días allí, con las ventajas de ser turista y poder ir a todos lados sin problemas, me acompañó durante todo el viaje de regreso, incluso semanas después. Incluso hoy.
Yo no vi la miseria que dicen algunos que hay; sí vi gente triste, gente que ve cómo otras personas gastan en nueve días lo que ellos no ganarían en años. Creen que estamos todos forrados. Y que tenemos "celulares" poco menos que gratis. Cuando traté de explicar mi jornada laboral y mi ritmo de vida durante once meses al año, me miraban como quien mira a un loco, a alguien que está poseído por algún Oricha.
Pero no vi a nadie realmente mal vestido, sí pobremente, pero no miserable. Y mucho menos a ningún ignorante -cualquier pendejo habla y se explica mejor y con más vocabulario que muchos treintañeros de por aquí-o a alguien con falta real de atención sanitaria.
Y es ahora cuando leo las noticias sobre el cólera en Haití, y de que la epidemia ya ha pasado a la República Dominicana, y ya se considera un desastre humanitario.
¿Es que Cuba no ha sido azotada por desastres naturales de semejantes proporciones? Sí, por parecidos, pues no en vano se encuentra en zona de huracanes, como los que asolaron la isla en 2008, causando la evacuación de 3 millones de personas, el 28% de la población del país.
¿Y porqué no ocurre en Cuba lo que sí les pasa a sus vecinos?¿Qué queremos hacer en Cuba que no hayamos hecho en las otras islas del Caribe?
Las miradas de la gente eran tristes, pero también tenían esperanza.
Años después, una persona mucho mayor que yo viajó también a Cuba, y cuando le pregunté qué había visto, me respondió: "Viven como en tiempos". Los tiempos del hambre en España, los años 50. También entonces la gente tenía esperanza. Y gracias a Dios no nos convertimos en un Haití ni en ninguna democracia bananera.
lunes, 22 de noviembre de 2010
Peleas callejeras
Las peleas callejeras han existido desde siempre, como medio de resolver-no siempre con justicia-disputas entre personas. Son la forma rápida de despachar un agravio, un insulto, un desprecio o simplemente un no me gusta tu cara.
Ayer fui testigo de una mientras esperaba al autobús, de madrugada todavía de noche. Como tantas otras veces, dos jóvenes de veintipocos eran los que se estaban repartiendo lecciones de Kierkegaard. Bueno, la razón absoluta la llevaba uno de ellos, que propinó muchos más golpes-dados con auténtica saña y que sonaban con terribles crujidos- que el otro. Cuando terminaron, el “razonador” se fue mirando hacia atrás con mirada de odio, y el “perdedor” se levantaba del suelo tocándose la boca.
Y lo que más me impresionó fue las miradas de todos nosotros, paralizados por el miedo, impávidos sin hacer nada, sólo mirar. Ni siquiera nos preocupamos por el que se palpaba las heridas, tan sólo vimos lo que pasó y punto.
Contado así tan crudamente se me puede tachar de cobarde, así que a lo mejor es que no me he explicado bien.
La pelea había comenzado con unos simples agarrones por ignoro qué motivos, y en un momento pasó a mayores. Los dos hombres-me resisto a llamar chicos a dos adultos de más de ochenta kilos-vestían ropas modernas, pero de factura barata queriendo pasar por buena. Uno de ellos llevaba una gorra puesta del revés, y advertí por sus rasgos que no era de raza blanca. El vencedor. Alguien con pintas de no tener mucho que perder.
Así que la ecuación se resolvió en un instante para todos los presentes: de haber intervenido, a cualquiera de los púgiles le hubiese dado igual repartir un poco más de su verdad, con imprevisibles consecuencias, a excepción claro está de una denuncia que en el mejor de los casos pasa por una multa al agresor y el vivir con miedo una buena temporada, porque todos nosotros sí que teníamos algo que perder. Bueno yo por lo menos, y el resto tenía pintas de que también.
Por lo cual no me extraña que luego pasen cosas como que la ultraderecha sea capaz de ir a la segunda vuelta de las elecciones francesas, de que en Austria sea un partido con mucho poder, de que en el norte de Europa los partidos radicales cosechen cada vez más votos. Tal y como ocurrió en Alemania en el 33.
Cuando la justicia no es capaz de garantizar que puedes ir sin miedo por la calle, cuando un mequetrefe es capaz de amedrentar una población como en el caso de Sandra Palo, cuando un desgraciado se ríe de un país entero cuando hace remover miles de metros cúbicos de tierra buscando a Marta del Castillo, y no pasa nada, es cuando se crea el caldo de cultivo para la aparición de políticos radicales y populistas que se aprovechan del miedo de la gente para auparse al poder.
Y los políticos moderados hacen lo mismo que hice yo, mirar hacia otro lado, pues ellos también tienen algo que perder, pues se les tacharía de racistas, de utilización del aparato de cuerpos de seguridad del estado, de fascistas, o de qué sé yo. Y eso cuesta votos, y los votos valen sillones desde donde se reparte la manteca. Así que también miran hacia otro lado cuando un ciudadano no para una pelea por temor a exponerse a un golpe o a un botellazo en la cara. Y que el agresor termine yéndose de rositas.
Así que no creo que sea mucho pedir a todos nuestros políticos que si tienen que utilizar los medios que la sociedad les damos para evitar ese miedo, que los utilicen por encima de sus propios miedos, pues lo que quiere cualquier ciudadano es sentirse seguro, pero no a costa de nuestra propia libertad.
Ayer fui testigo de una mientras esperaba al autobús, de madrugada todavía de noche. Como tantas otras veces, dos jóvenes de veintipocos eran los que se estaban repartiendo lecciones de Kierkegaard. Bueno, la razón absoluta la llevaba uno de ellos, que propinó muchos más golpes-dados con auténtica saña y que sonaban con terribles crujidos- que el otro. Cuando terminaron, el “razonador” se fue mirando hacia atrás con mirada de odio, y el “perdedor” se levantaba del suelo tocándose la boca.
Y lo que más me impresionó fue las miradas de todos nosotros, paralizados por el miedo, impávidos sin hacer nada, sólo mirar. Ni siquiera nos preocupamos por el que se palpaba las heridas, tan sólo vimos lo que pasó y punto.
Contado así tan crudamente se me puede tachar de cobarde, así que a lo mejor es que no me he explicado bien.
La pelea había comenzado con unos simples agarrones por ignoro qué motivos, y en un momento pasó a mayores. Los dos hombres-me resisto a llamar chicos a dos adultos de más de ochenta kilos-vestían ropas modernas, pero de factura barata queriendo pasar por buena. Uno de ellos llevaba una gorra puesta del revés, y advertí por sus rasgos que no era de raza blanca. El vencedor. Alguien con pintas de no tener mucho que perder.
Así que la ecuación se resolvió en un instante para todos los presentes: de haber intervenido, a cualquiera de los púgiles le hubiese dado igual repartir un poco más de su verdad, con imprevisibles consecuencias, a excepción claro está de una denuncia que en el mejor de los casos pasa por una multa al agresor y el vivir con miedo una buena temporada, porque todos nosotros sí que teníamos algo que perder. Bueno yo por lo menos, y el resto tenía pintas de que también.
Por lo cual no me extraña que luego pasen cosas como que la ultraderecha sea capaz de ir a la segunda vuelta de las elecciones francesas, de que en Austria sea un partido con mucho poder, de que en el norte de Europa los partidos radicales cosechen cada vez más votos. Tal y como ocurrió en Alemania en el 33.
Cuando la justicia no es capaz de garantizar que puedes ir sin miedo por la calle, cuando un mequetrefe es capaz de amedrentar una población como en el caso de Sandra Palo, cuando un desgraciado se ríe de un país entero cuando hace remover miles de metros cúbicos de tierra buscando a Marta del Castillo, y no pasa nada, es cuando se crea el caldo de cultivo para la aparición de políticos radicales y populistas que se aprovechan del miedo de la gente para auparse al poder.
Y los políticos moderados hacen lo mismo que hice yo, mirar hacia otro lado, pues ellos también tienen algo que perder, pues se les tacharía de racistas, de utilización del aparato de cuerpos de seguridad del estado, de fascistas, o de qué sé yo. Y eso cuesta votos, y los votos valen sillones desde donde se reparte la manteca. Así que también miran hacia otro lado cuando un ciudadano no para una pelea por temor a exponerse a un golpe o a un botellazo en la cara. Y que el agresor termine yéndose de rositas.
Así que no creo que sea mucho pedir a todos nuestros políticos que si tienen que utilizar los medios que la sociedad les damos para evitar ese miedo, que los utilicen por encima de sus propios miedos, pues lo que quiere cualquier ciudadano es sentirse seguro, pero no a costa de nuestra propia libertad.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Nacer
Vaya cosa. El nacer. Todos lo hemos hecho alguna vez. Por lo menos todos los que estamos leyendo esto. Porque hay gente que no está leyendo esto, aunque no porque estén leyendo otra cosa, sino porque directamente no nacieron.
Y no nacieron porque nacer no es tan fácil como parece, ni tan bonito como nos lo pintan muchas veces.
Porque en ocasiones se tiene la sensación de que todo tiempo pasado fue mejor, de que hubo una época en la cual todo el mundo fue feliz y no teníamos preocupaciones, como bien dice Yuri en este post.
Hoy día se están propugnando partos naturales con dolor, para "sentir de verdad la maternidad". Se está diciendo que la anestesia epidural no es necesaria "en una mujer entera". Se afirma que el parto en casa "es muy bonito".
Puedo hasta entender todo esto, siempre y cuando se sea perfectamente consciente de las consecuencias de aceptarlo.
De tener muy claro que un parto en casa puede significar la muerte para la madre y para el bebé, por una complicación que es rutinaria en un hospital. O quedar terribles secuelas de por vida.
De saber verdaderamente que un parto natural es un dolor horrible, mucho peor de lo que una se pueda imaginar si no se ha padecido.
De estar convencida de que la mujer "entera" no es una mujer dispuesta soportar el dolor si puede evitarlo.
Así que nacer no es tan sencillo ni bonito, por eso tenemos hospitales, y médicos, y ginecólogos, y matronas, y enfermeras, y todas esas cosas que hacen que parezca normal. Eso sí, con todos estos medios, no podemos pretender además que actúe la selección natural. Que por cierto, no conoce ni respeta códigos morales de ningún tipo: sólo respeta los códigos genéticos, caiga quien caiga.
Y no nacieron porque nacer no es tan fácil como parece, ni tan bonito como nos lo pintan muchas veces.
Porque en ocasiones se tiene la sensación de que todo tiempo pasado fue mejor, de que hubo una época en la cual todo el mundo fue feliz y no teníamos preocupaciones, como bien dice Yuri en este post.
Hoy día se están propugnando partos naturales con dolor, para "sentir de verdad la maternidad". Se está diciendo que la anestesia epidural no es necesaria "en una mujer entera". Se afirma que el parto en casa "es muy bonito".
Puedo hasta entender todo esto, siempre y cuando se sea perfectamente consciente de las consecuencias de aceptarlo.
De tener muy claro que un parto en casa puede significar la muerte para la madre y para el bebé, por una complicación que es rutinaria en un hospital. O quedar terribles secuelas de por vida.
De saber verdaderamente que un parto natural es un dolor horrible, mucho peor de lo que una se pueda imaginar si no se ha padecido.
De estar convencida de que la mujer "entera" no es una mujer dispuesta soportar el dolor si puede evitarlo.
Así que nacer no es tan sencillo ni bonito, por eso tenemos hospitales, y médicos, y ginecólogos, y matronas, y enfermeras, y todas esas cosas que hacen que parezca normal. Eso sí, con todos estos medios, no podemos pretender además que actúe la selección natural. Que por cierto, no conoce ni respeta códigos morales de ningún tipo: sólo respeta los códigos genéticos, caiga quien caiga.
El dinero no da la felicidad (ni el conocimiento)
Leo en el Diario de Burgos que han intervenido una partida de botellas de vino falsificadas, y que eran vendidas a más de 1000 euros la unidad.
Yo me pregunto, ¿es que una persona que puede permitirse el lujo de pagar 1000 europeos por una botella de vino no es capaz de distinguirlo de un cosechero?
Pues parece ser que no.
La cosa es que compraban botellas por unos 35 euros, cambiaban la etiqueta por una de un vino de mucha más categoría, y a vender. Por treinta y cinco euros se puede comprar un señor vino, y pocos paladares son capaces de discernir si esa botella vale 35 ó 350 euros.
Y parece ser que mucha gente tendrá mucho dinero, pero pocos conocimientos, pues al estafador no lo han trincado todavía y ni siquiera lo han descubierto porque algún comprador se haya quejado.
Lo que me hace pensar que el comprador de esos vinos se los compra para figurar y no por el placer de saborear un gran vino (que ha quedado palmariamente demostrado que no ha sido capaz). Y qué decir de los invitados que habrán bebido de esas botellas, poniendo caras de placer, degustando copas de vino a más de cien euros cada una, admirando al anfitrión..... Me recuerda el cuento del rey desnudo, al que ningún súbdito quería decir nada, hasta que un día un niño dijo: "El rey va desnudo"....Aunque hoy día se hubiesen descojonado del niño diciendo: "¿Pero qué dice este pobre ignorante?¿Es que no ve que el rey va vestido?"
Yo me pregunto, ¿es que una persona que puede permitirse el lujo de pagar 1000 europeos por una botella de vino no es capaz de distinguirlo de un cosechero?
Pues parece ser que no.
La cosa es que compraban botellas por unos 35 euros, cambiaban la etiqueta por una de un vino de mucha más categoría, y a vender. Por treinta y cinco euros se puede comprar un señor vino, y pocos paladares son capaces de discernir si esa botella vale 35 ó 350 euros.
Y parece ser que mucha gente tendrá mucho dinero, pero pocos conocimientos, pues al estafador no lo han trincado todavía y ni siquiera lo han descubierto porque algún comprador se haya quejado.
Lo que me hace pensar que el comprador de esos vinos se los compra para figurar y no por el placer de saborear un gran vino (que ha quedado palmariamente demostrado que no ha sido capaz). Y qué decir de los invitados que habrán bebido de esas botellas, poniendo caras de placer, degustando copas de vino a más de cien euros cada una, admirando al anfitrión..... Me recuerda el cuento del rey desnudo, al que ningún súbdito quería decir nada, hasta que un día un niño dijo: "El rey va desnudo"....Aunque hoy día se hubiesen descojonado del niño diciendo: "¿Pero qué dice este pobre ignorante?¿Es que no ve que el rey va vestido?"
Criminal record
La expresión inglesa "Criminal Record" no significa tener un récord de crímenes, sino "antecedentes penales"
Ojiplático me he quedado cuando en una oferta de trabajo-redactada en la lengua de Chéspir- se pedía adjuntar este documento junto con el currículum. Y un certificado médico.
El lugar de trabajo era Dinamarca (EUROPA). Con esto queda todo dicho.
El anuncio:
Para los despistados: En España en los años 60, médicos alemanes que no hablaban un carajo de español venían a hacer reconocimientos de salud a futuros emigrantes a Alemania.
Ojiplático me he quedado cuando en una oferta de trabajo-redactada en la lengua de Chéspir- se pedía adjuntar este documento junto con el currículum. Y un certificado médico.
El lugar de trabajo era Dinamarca (EUROPA). Con esto queda todo dicho.
El anuncio:
Para los despistados: En España en los años 60, médicos alemanes que no hablaban un carajo de español venían a hacer reconocimientos de salud a futuros emigrantes a Alemania.
sábado, 13 de noviembre de 2010
Escanciador geek
Como buen bebedor de sidra que soy, hoy he llegado al colmo de lo geek. Y mira que la tradición sidrera dicta que un buen escancie marca las distancias; como se sabe, es fundamental un excelente tirador del líquido elemento para sacar todo el sabor de la sidra.
Pero para ser buen tirador hace falta practicar mucho, y por ende, que mucho del bebercio vaya al suelo, con graves consecuencias si éste está hecho de parqué en el salón de nuestra casa.
Así que la tecnología y el buen beber vienen a nuestro socorro, en forma de escanciador eléctrico, que no es más que una motobomba (alimentada por batería de litio) que succiona la sidra por un tubito telescópico y la tira a la presión adecuada por un caño de pequeño diámetro, como si fuese una kupela.
Aquí lo tenéis
Yo lo he probado y os garantizo que la sidra sale perfecta, y además no se tira ni gota. Eso sí, cuesta una pasta, pero merece la pena si de verdad apreciáis la sidra bien escanciada.
Pero para ser buen tirador hace falta practicar mucho, y por ende, que mucho del bebercio vaya al suelo, con graves consecuencias si éste está hecho de parqué en el salón de nuestra casa.
Así que la tecnología y el buen beber vienen a nuestro socorro, en forma de escanciador eléctrico, que no es más que una motobomba (alimentada por batería de litio) que succiona la sidra por un tubito telescópico y la tira a la presión adecuada por un caño de pequeño diámetro, como si fuese una kupela.
Aquí lo tenéis
Yo lo he probado y os garantizo que la sidra sale perfecta, y además no se tira ni gota. Eso sí, cuesta una pasta, pero merece la pena si de verdad apreciáis la sidra bien escanciada.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
Esos titulares.....
Cabecera de noticia de la edición digital del diario Público, de hoy mismo
Si Juanjo de la Iglesia levantara la cabeza......
Si Juanjo de la Iglesia levantara la cabeza......
lunes, 1 de noviembre de 2010
Servidores proxy
Ayer, navegando por internete, me encontré con una página que me decía que no estaba permitida la visualización en mi país (bueno, decía "region").
Por lo visto, sólo dejaba acceder a usuarios identificados como del país en que estaba hecha la página.
¿Y cómo se puede acceder a esa web?
Para eso hay que saber que todos navegamos con una identificación en internet, o sea una dirección IP. Con esta IP se navega, y nos encontramos con que hay sitios que la analizan y depende de dónde sean, nos dejan pasar o no. O nos dejan publicidad, por ejemplo.
Así que parece claro que si voy con mi IP por la web, hay sitios que no voy a poder visitar, a no ser que....¡navegue con otra IP!. Lo que necesito es una IP distinta a la mía propia, y eso se consigue a través de los llamados servidores proxy, que son una especie de intermediarios entre nosotros y la web que queremos visitar, de forma que nos dan una IP momentánea con la cual nos moveremos por la red, y además y no estoy dando ideas, de forma anónima (aunque seguro que un buen informático nos persigue hasta el fin de los días si quiere).
Aquí tenéis servidores proxy a través de los cuales podéis visitar webs que de otra forma no pueden verse, y para comprobar que la IP cambia al navegar, en esta página os identifican la IP con la que estáis actualmente, ya sea con proxy o sin él.
Por cierto, la página que quería ver una chufla.
Por lo visto, sólo dejaba acceder a usuarios identificados como del país en que estaba hecha la página.
¿Y cómo se puede acceder a esa web?
Para eso hay que saber que todos navegamos con una identificación en internet, o sea una dirección IP. Con esta IP se navega, y nos encontramos con que hay sitios que la analizan y depende de dónde sean, nos dejan pasar o no. O nos dejan publicidad, por ejemplo.
Así que parece claro que si voy con mi IP por la web, hay sitios que no voy a poder visitar, a no ser que....¡navegue con otra IP!. Lo que necesito es una IP distinta a la mía propia, y eso se consigue a través de los llamados servidores proxy, que son una especie de intermediarios entre nosotros y la web que queremos visitar, de forma que nos dan una IP momentánea con la cual nos moveremos por la red, y además y no estoy dando ideas, de forma anónima (aunque seguro que un buen informático nos persigue hasta el fin de los días si quiere).
Aquí tenéis servidores proxy a través de los cuales podéis visitar webs que de otra forma no pueden verse, y para comprobar que la IP cambia al navegar, en esta página os identifican la IP con la que estáis actualmente, ya sea con proxy o sin él.
Por cierto, la página que quería ver una chufla.
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